Que
dulce, placentero e inocente es el espectáculo
de
una mesa servida de esa manera y que diferencia
prepararla
con carne de animal humeante, descuartizado
y
muerto!!!
El
hombre de ninguna manera tiene la constitución de
un
ser carnívoro...
La
cacería y voracidad no son naturales para
el...
El
hombre no tiene ni los dientes filosos y puntiagudos
ni
garras para
descuartizar a su presa...
Al
contrario sus manos están hechas para
coger fruta,
moras
y vegetales, sus dientes son apropiados
para
masticarlos...
John
Ray, John Evelyn, Acetaria, 1699
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