martes

Fobia a las tormentas...

Mal de muchos, consuelo de nadie...
Cuando hablamos de fobias, nos referimos a ciertas conductas de nuestros animales 
que resultan exageradas para el estímulo real recibido, técnicamente llamadas 
“respuestas no adaptativas” como miedo o ansiedad.

Las fobias a las tormentas, por ejemplo, pueden manifestarse  levemente a través 
de caminatas incesantes, temblores e incluso babeos. Y en casos extremos, 
son capaces de poner en riesgo la vida del animal. Esta conducta puede que 
empeore con el paso del tiempo.

La causa de esta reacción tiene una explicación técnica; cuando un animal 
se asusta  libera una sustancia (epinefrina) a nivel del sistema nervioso  
que desencadena una respuesta de lucha o huida.

Entre los signos más característicos podemos encontrar:
-Hipervigilancia, huida o agresión.
-Temblores.
-Pupilas dilatadas.
-Taquicardia.
-Aumento de la frecuencia respiratoria.
-Inapetencia y/o problemas gastrointestinales.

Estos signos se producen sobretodo en perros, mientras que en gatos 
pueden ser más leves y pasar desapercibidos por los dueños.

Manejo y Tratamiento:
Es conveniente cerrar las ventanas y persianas para evitar que se vean 
los relámpagos. Otra buena opción puede ser generar ruidos en la casa 
que opaquen el sonido de los truenos.

Además, enriquecer el ambiente con juguetes adecuados logra distraer 
la atención de nuestros pequeños amigos.

Una opción preventiva es grabar el sonido de una tormenta y pasarlo 
varias veces al día mientras se realiza una actividad placentera con 
el objeto de desensibilizar al animal.

Es importante tener en cuenta que castigar al animal en caso de que 
entre en pánico no es una buena solución. 
Tampoco acariciarlo en ese momento, sí cuando logre calmarse.

Si se esconde para refugiarse, no hay que obligarlo a salir. Se debe 
actuar normalmente, mostrarse tranquilo, y es probable que así 
el animal salga de su escondite al ver que no hay peligro.

Recuerde siempre que el uso de medicamentos será indicado 
exclusivamente por un médico veterinario. En estas ocasiones 
suelen utilizarse feromonas, pero es importante que lo consulte 
con el especialista antes de tomar la decisión. Muchas veces
es necesario realizar, además de un examen clínico, pruebas 
complementarias para determinar que tratamiento recomendar.



Fuente: Clínica de animales de compañía. Comportamiento 
de perros y gatos  Horwitz Neilson

Síndrome de disfunción cognitiva...

El síndrome de disfunción cognitiva es una alteración del comportamiento 
que se puede llegar a manifestar a partir de los 7 a 10 años de edad 
en nuestros perros. 

El mismo se debe a un desgaste del sistema nervioso central y los síntomas 
son similares a la enfermedad de Alzheimer en humanos: alteraciones 
en el comportamiento social, exploratorio, trastornos del sueño e incontinencias. 
Las funciones intelectuales afectadas incluyen: memoria, aprendizaje, conocimiento 
y percepción. 

El síndrome de disfunción cognitiva  puede manifestarse con trastornos motores, 
sensoriales o con problemas médicos y por lo tanto incidir en el comportamiento 
del animal.

La principal causa de este proceso es la disminución del riego sanguíneo en la zona 
del cerebro. Además, esta causa puede estar potenciada por la acción de los radicales 
libres, que resultan tóxicos para el sistema nervioso y cuya acumulación acelera 
el envejecimiento neuronal.

Es muy importante el uso de antioxidantes, que pueden incorporarse a través 
de algunas dietas balanceadas desde temprana edad.

Reconociendo los signos clínicos
Algunos de los signos del Síndrome de disfunción Cognitiva son la disminución 
de la actividad, confusión y desorientación espacial, disminución de la interacción 
 con otros miembros de la familia, disminución de respuestas sensitivas, incremento 
de la irritabilidad, pérdida de los hábitos higiénicos, cuadros de ansiedad y/o angustia, 
y la alteración del sueño entre otros. 
Muchos de estos signos comienzan a aparecer gradualmente, siendo tomados como
cambios de la personalidad por la edad y no por algo de mayor importancia.
Frecuentemente se concurre a la consulta por alteraciones sensoriales como sordera 
y/o ceguera.  
Muchos de los pacientes, asimismo, cursan con enfermedades articulares y óseas 
 que pueden agravar este cuadro.

Diagnóstico:
Ante la aparición de alguno de estos signos en nuestro compañero peludo es 
necesario acudir a la consulta del veterinario de cabecera de la familia, donde 
se realizará un examen clínico y solicitara un análisis de sangre completo con 
el objetivo de descartar otras patologías clínicas (tumores, enfermedades 
 infecciosas, metabólicas, etc.).
También se realizará un cuestionario exhaustivo al dueño del animal para detectar 
 alteraciones de conducta en la vida cotidiana del animal.

Pronóstico y tratamiento
Si bien este síndrome no tiene cura, se puede llegar a enlentecer el curso 
del mismo y proveer cuidados paliativos al animal y su familia. Como tratamiento, 
en la actualidad se utiliza terapia farmacológica. Es aconsejable, además, adaptar 
el entorno y hacer foco en el manejo y cuidado de la salud de nuestro amigo. 
Es recomendable la estimulación mental a través de juegos sencillos y el ejercicio 
físico moderado en los pacientes de edad avanzada.
Recomendamos aumentar la frecuencia de salidas para incrementar el ejercicio 
y evitar problemas de eliminación inadecuada, no castigarlos ni ser violentos 
ante los cambios de conducta del animal, brindarles un ambiente seguro 
y confortable y establecer rutinas para que el animal se encuentre contenido.

Prevención:
Para prevenir este síndrome existen algunos consejos que se pueden seguir 
para mantener la salud de nuestro perro:

Utilizar dietas adecuadas de alta gama, ricas en antioxidantes, adecuadas 
a su edad (Dieta Senior o para animales gerontes, a partir de los 7años).

- Mantener un nivel de actividad y ejercicio, evitando el sedentarismo.

- Acudir periódicamente a nuestro veterinario de cabecera.

- Mantener un ambiente en casa tranquilo, adecuado a la edad de los animales.

-Ser compresivos y pacientes, brindándoles todo el cariño que se merecen 
en esta etapa especial de su vida.



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