El
síndrome de disfunción cognitiva es una alteración del comportamiento
que se
puede llegar a manifestar a partir de los 7 a 10 años de edad
en nuestros
perros.
El mismo se debe a un desgaste del sistema nervioso central y los
síntomas
son similares a la enfermedad de Alzheimer en humanos: alteraciones
en
el comportamiento social, exploratorio, trastornos del sueño e incontinencias.
Las funciones intelectuales afectadas incluyen: memoria, aprendizaje,
conocimiento
y percepción.
El síndrome de disfunción cognitiva puede
manifestarse con trastornos motores,
sensoriales o con problemas médicos y por
lo tanto incidir en el comportamiento
del animal.
La
principal causa de este proceso es la disminución del riego sanguíneo en la zona
del cerebro. Además, esta causa puede estar potenciada por la acción de los
radicales
libres, que resultan tóxicos para el sistema nervioso y cuya
acumulación acelera
el envejecimiento neuronal.
Es
muy importante el uso de antioxidantes, que pueden incorporarse a través
de
algunas dietas balanceadas desde temprana edad.
Reconociendo
los signos clínicos
Algunos
de los signos del Síndrome de disfunción Cognitiva son la disminución
de la
actividad, confusión y desorientación espacial, disminución de la interacción
con otros miembros de la familia, disminución de respuestas sensitivas,
incremento
de la irritabilidad, pérdida de los hábitos higiénicos, cuadros de
ansiedad y/o angustia,
y la alteración del sueño entre otros.
Muchos de estos
signos comienzan a aparecer gradualmente, siendo tomados como
cambios de la
personalidad por la edad y no por algo de mayor importancia.
Frecuentemente
se concurre a la consulta por alteraciones sensoriales como sordera
y/o ceguera.
Muchos de los pacientes, asimismo, cursan con enfermedades articulares y óseas
que pueden agravar este cuadro.
Diagnóstico:
Ante
la aparición de alguno de estos signos en nuestro compañero peludo es
necesario acudir a la consulta del veterinario de cabecera de la familia, donde
se
realizará un examen clínico y solicitara un análisis de sangre completo con
el
objetivo de descartar otras patologías clínicas (tumores, enfermedades
infecciosas, metabólicas, etc.).
También
se realizará un cuestionario exhaustivo al dueño del animal para detectar
alteraciones de conducta en la vida cotidiana del animal.
Pronóstico
y tratamiento
Si
bien este síndrome no tiene cura, se puede llegar a enlentecer el curso
del
mismo y proveer cuidados paliativos al animal y su familia. Como
tratamiento,
en la actualidad se utiliza terapia farmacológica. Es aconsejable, además, adaptar
el entorno y hacer foco en el manejo y cuidado de la salud de
nuestro amigo.
Es recomendable la estimulación mental a través de juegos
sencillos y el ejercicio
físico moderado en los pacientes de edad avanzada.
Recomendamos aumentar la frecuencia de salidas para incrementar el ejercicio
y
evitar problemas de eliminación inadecuada, no castigarlos ni ser violentos
ante
los cambios de conducta del animal, brindarles un ambiente seguro
y confortable
y establecer rutinas para que el animal se encuentre contenido.
Prevención:
Para
prevenir este síndrome existen algunos consejos que se pueden seguir
para
mantener la salud de nuestro perro:
Utilizar
dietas adecuadas de alta gama, ricas en antioxidantes, adecuadas
a su edad
(Dieta Senior o para animales gerontes, a partir de los 7años).
-
Mantener un nivel de actividad y ejercicio, evitando el sedentarismo.
-
Acudir periódicamente a nuestro veterinario de cabecera.
-
Mantener un ambiente en casa tranquilo, adecuado a la edad de los animales.
-Ser
compresivos y pacientes, brindándoles todo el cariño que se merecen
en esta
etapa especial de su vida.
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