El gato es un animal muy independiente, por eso requieren menos atención
que un perro y son perfectos para todos aquellos que quieren un animalito
pero están demasiado ocupados como para sacarlo a pasear al menos
dos veces al día.
El gato no necesita salir para hacer sus necesidades, aprenden enseguida
a hacerlo en casa, en el lugar que hayamos destinado a tal fin.
Existen en el mercado unas piedras especiales que absorben los orines
y que deben sustituirse regularmente.
Reserva un lugar para él, en un lugar que no sea de paso y donde esté
resguardado de corrientes.
Coloca un almohadón mullido o una mantita en un cesto, crea un rincón
donde se sienta a gusto y pueda descansar siempre que quiera.
Al igual que un perro, el gato necesita tener un sitio concreto donde no le falte
agua fresca y pueda encontrar su comida. Esta ha de ser específica para gatos
(nunca para perros pues las necesidades energéticas y nutricionales son diferentes).
Tampoco le des las sobras pues su alimentación no sería equilibrada.
Proporciónale algún juguete con el que pueda entretenerse y no olvides un tronco
de madera blanca o similar para sus uñas.
Si tu gato tiene el pelo largo, a estos cuidados básicos has de añadir el cepillado
al menos una vez al día, para mantenerlo desenredado y limpio.
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