El principal factor predisponente de diabetes en gatos
es la obesidad y la alimentación desbalanceada.
Hoy el problema es la obesidad y, de la mano de ésta,
la aparición cada vez más recurrente de diabetes mellitus,
pues se sabe que los animales obesos elevan entre 3 y 5
veces su riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El tema de la diabetes en gatos fue abordado esta semana
en las III Jornadas de Actualización de Medicina Felina,
organizadas por la Asociación Chilena de la especialidad
(Achmefe), en Santiago.
La gente cree que porque los animales no son dados a comer
cosas dulces, no tendrían cómo sufrir diabetes. Sin embargo,
las dietas ricas en carbohidratos también pueden pasar la cuenta.
"Los dueños compran todo tipo de alimento nuevo que ven
en el supermercado, pues a los gatos les fascinan las novedades.
Entonces, terminan siendo superalimentados con raciones ricas
en carbohidratos", explica el médico veterinario y profesor
de la Universidad de Sao Paulo doctor Archivaldo Reche,
quien fue expositor del evento.
Cifras publicadas en un boletín de la Federación Internacional
de Diabetes muestran que uno de cada 200 gatos sufre de diabetes.
El especialista brasileño en medicina felina no tiene datos, pero
su experiencia clínica lo lleva a estimar que la diabetes felina
estaría siendo casi tres veces más habitual que hace diez años.
La recomendación, por lo tanto, es categórica.
"Las personas con gatos obesos deben hacerlos bajar de peso,
pues se están convirtiendo en candidatos a padecer diabetes".
La obesidad se puede detectar fácilmente por los dueños cuando
el animal mirado desde arriba, no presenta cintura o cuando un gato
luce con caspa y mal aseado, ya que eso estaría indicando que su
corporalidad no le está permitiendo realizarse una correcta higiene.
Para un diagnóstico inicial de diabetes debe tenerse especial atención
si el animal presenta adicionalmente otro tipo de síntomas:
bebe mucha agua, orina con mayor frecuencia, empieza a perder peso
y a veces deja de comer.
Éstos ya son signos de un gato con posible diagnóstico positivo,
el cual deberá ser finalmente confirmado en la consulta con la ayuda
de exámenes sanguíneos.
Cambios en la dieta
Lamentablemente, a diferencia de las personas o de los mismos perros,
con los felinos no es cosa de quitarles su sedentarismo llevándolos
al parque a hacer ejercicio.
Por eso, el principal manejo de un gato diabético es modificar la dieta,
acercándola a la de un animal carnívoro. Es decir, darle una alimentación
rica en proteínas y muy baja en carbohidratos.
La buena noticia es que, contrario a lo que ocurre con los canes, el felino
sí puede responder bien a fármacos que bajan los niveles de glucosa.
Por supuesto, que siempre habrá casos en que se necesitará además utilizar
tratamiento inyectable de insulina de por vida. Sólo un veterinario podrá
determinar qué procedimiento sirve para cada paciente.
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